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viernes, 24 de agosto de 2012

Beneficios que conlleva la meditación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en los escritos de la Sierva de Dios Luisa Piccarreta



Algún día ya hablaremos de la Sierva de Dios Luisa Picarreta (Luis la Santa), pero ahora les dejamos una inmejorable recoemndación, MEDITAR LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, sabiendo que en las llagas de Nuestro Señor están las mejores fuentes de vida y consuelo para los males qwue afligen al mundo:



Nuestro Señor mismo nos ha enseñado innumerables veces a través de los tiempos por medio de todos sus Santos, de tantas almas privilegiadas, del Magisterio mismo de la Iglesia y, por supuesto, también por medio de los escritos de Luisa, « La Pequeña Hija de la Divina Voluntad », la trascendente importancia que tiene el meditar en su Pasión; y no sólo meditarla, sino el vivir interiormente, intensamente y continuamente todo lo que Jesús mismo quiso sufrir por amor a cada uno de nosotros.

La Pasión de Cristo es
una de las fuentes más provechosas que procura y facilitan una unión más íntima con nuestro Señor y nos traza un camino seguro hacía la Santidad, como nos lo recuerda la Sagrada Escritura: “Sed santos, pues yo soy Santo" (Lv 11, 44). Es por esto que la meditación de la Pasión de Jesús ha sido uno de los temas preferidos por muchos de los Santos durante el transcurso de toda la Historia de la Iglesia. Incluso el segundo libro más leído después de la Biblia nos lo recalca:

“El cristiano que medite atentamente en la vida, Pasión y Muerte del Señor, encontrará allí en abundancia,  todo lo que le es necesario para progresar en su vida espiritual, sin necesidad de ir a buscar fuera de Jesús algo que le pueda aprovechar mejor” (Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo.)
Nos refiere San Luis María Grignon de Montfort en El secreto admirable del Santísimo Rosario:

« Afirma San Agustín que no hay ejercicio tan fructuoso y útil para la salvación como pensar con frecuencia en los sufrimientos del Señor.

San Alberto Magno, maestro de Santo Tomás, supo por revelación que el simple recuerdo o la meditación de la pasión de Jesucristo es más meritorio para el cristiano que ayunar durante todo un año a pan y agua todos los viernes, o disciplinarse sangrientamente cada semana, o rezar el salterio todos los días. »

Esto es lo que nos dice San Alfonso María de Ligorio sobre la Pasión de Cristo:

« Nuestro tiempo no es tiempo de temor ya que somos testigos de un Dios que ofreció la vida para lograr hacerse amar. La pasión de Jesús fue llamada un exceso, por lo cual nadie que la medite podrá seguirle a medias.

Si quieres crecer en la vida del espíritu, piensa todos los días en los padecimientos del Señor porque pensando en ellos es imposible que no te llenes de amor y fortaleza; amor capaz de relativizar los demás efectos en comparación con el suyo, y fortaleza para sobrellevar con gozo las pruebas y las cargas inevitables de la vida.

¿Quién podrá desesperarse o irritarse por lo injusto de sus sufrimientos viendo a Jesús herido y despedazado? ¿Quién rehusará sujetarse a las exigencias del bien común al recordar a Cristo obediente hasta la muerte? ¿Quién podrá temer si se abraza a la cruz de nuestro Redentor?

Se lamentaba Santa Teresa de que algunos libros le hubieran aconsejado dejar de meditar la pasión, porque la humanidad de Cristo hubiera pudiera impedirle la contemplación de su divinidad; y consciente del error exclamaba: "Oh Señor y bien mío, Jesús crucificado, me parecía haberte hecho una gran traición, pues ¿de dónde me vinieron todos los bienes sino de vuestra cruz?".

Decía San Pablo que solo ambicionaba saber la ciencia de la cruz, es decir, el amor que ella encierra: "Pues no quise entre vosotros sino a Jesucristo, y éste crucificado" (1 Co 11,2).

Preguntado San Buenaventura de dónde sacaba tan copiosa y excelente doctrina como ponía en sus obras, dijo mostrando un crucifijo: "Este es el libro que me dicta todo lo que escribo. Aquí he aprendido lo poco que sé".

¿Dudarías de consagrarte por entero al Redentor si verdaderamente conocieras el misterio de la cruz? ¿Cómo habiéndote amado hasta la locura no ha logrado aún gobernarte el corazón? Ten presente que "Cristo murió por todos, para que los que viven no vivan para sí, sino para El que murió y resucitó por ellos" (2 Co 5,15).»

Si se quedaron con sed de más, pueden visitar este enlace: 

http://www.passioiesus.org/es/index.php

PAX VOBIS

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