Mirando por ahí me he topado con este artículo en RELIGIÓN EN LIBERTAD, que no debenmos dejar pasar por alto... Lean con atención.
En España hay 54 grupos demoniácos
Alarma en Italia por la expansión del satanismo... uno de
cada 10 jóvenes podría caer en sus redes
Libros, cine, internet, música...nuestro mundo está lleno de
reclamos y ambientes propicios para «la cultura satánica». Más de 6.000
personas adoran a Lucifer en España y, en Italia según una encuesta, uno de
cada diez jóvenes podría caer en manos de un grupo satánico.
El demonio, un tema
contracultural
Manuel Guerra, el mayor experto de la Iglesia española en
este tema, asegura que más de 6.000 personas adoran a Lucifer en nuestro país y
ha catalogado hasta 54 grupos diabólicos. La zona de mayor actividad es Levante
y las grandes urbes como Barcelona o Madrid. Pero, sin duda, el país que sufre
más violentamente el satanismo sigue siendo Italia.
En la red de las sectas satánicas
Según una encuesta, uno de cada diez adolescentes italianos
corre el riesgo de caer en manos de una secta satánica. Muchos de los jóvenes
entrevistados han declarado que si Satán les diera poder y dinero no tendrían
problema ninguno en aliarse con él.
Lo ha explicado en «Famiglia Cristiana» el profesor Tonino
Cantelmi, psiquiatra y presidente de la Asociación de Psicólogos y Psiquiatras
Católicos: «Se sienten atraídos y fascinados por la rebelión y la anarquía, por
la práctica del sexo, el consumo desmedido de alcohol y la atracción de la
droga. Hay algo muy importante, y es que el satanismo no es ausencia de valores
-si fuera así sería mucho más fácil combatirlo- sino un contravalor, la
afirmación y el triunfo del valor moral del mal, por desgracia algo
profundamente atractivo en los tiempos que corren», explica.
Cuando la fe es sólo fachada
En cuanto al componente religioso, según el profesor
Cantelmi, el factor principal es el de rebelión a la religiosidad católica, la
mayoría de las veces recibida de los propios padres. Y a veces ni siquiera eso:
«Hoy la fe católica se vive a menudo sólo como fachada. La expansión de los
grupos satánicos es más una consecuencia de la falta de valores fuertes: los
padres han renunciado a su papel de padres y formadores», sostiene.
Cuando se habla de satanismo, viene enseguida a la cabeza la
terrible cadena de homicidios, misas negras y rituales satánicos. El más
conocido en Italia es el caso de las «Bestias de Satanás», de la zona de
Varese, una secta satánica que acabó en 1998 con la vida de dos de sus
miembros, Chiara Marino, a la que consideraban la «encarnación de la Virgen
María» y a su amigo Fabio, por defenderla. Tenían 16 años.
Michele Tollis es el padre Fabio, víctima de su propia red:
«Mi hijo tocaba por los bares. Al principio sólo hacía música “metal”, pero el
problema llegó cuando empezó a frecuentar el pub Midnight. Comenzó a componer
letras de tipo satánico, vestía de negro y llevaba símbolos extraños, pero a mí
eso no me preocupaba.
»Pensé que era el típico síntoma de adolescente rebelde.
Además, era buen estudiante, nada problemático», asegura. Una noche, tras una
discusión, los líderes de la secta se los llevaron a un bosque y los asesinaron
brutalmente. «Fui demasiado ingenuo. Tendría que haber estado más atento al
ambiente que frecuentaba mi hijo.
»Cuando ya nada tenía remedio pasé un día por el Midnight y
vi que tenían un altar con la figura de Satanás pisando a un hombre. Tenía que
haber mirado antes, y no limitarme a ir a buscarlo allí algunos días. Sólo en
la fe he encontrado la fuerza suficiente para salir adelante después de todo
aquello. Y me ha ayudado especialmente la figura del Padre Pío, al que he
encomendado a mi hijo y a mi familia, que gracias a Dios permanece unida»,
reconoce.
«Satanás es muy astuto»
El padre José Antonio Sayés, profesor en la Facultad de
Teología del Norte de España (Burgos), autor de la obra «El demonio ¿realidad o
mito?», asegura que el demonio existe, aunque muchos sacerdotes no crean en él:
«Hay una corriente secularizadora
en la teología que nace en los años sesenta,
que realmente piensa que todo esto se debe a un lenguaje mítico que hoy en día
no podemos aceptar en un mundo secularizado.
En un mundo que no necesita a Dios, hablar del demonio sería
hablar de algo que el hombre moderno no puede aceptar. Y el sacerdote tiene
complejo, miedo a hablar de ello, y también una tremenda ignorancia. Yo, por
ejemplo, durante mis años de formación nunca recibí una clase de teología sobre
el demonio. Ni en el seminario ni en la Universidad Gregoriana, la de los
buenos tiempos que yo conocí. Y he escrito un libro sobre el demonio, porque yo
mismo quería tener clara la cuestión», sostiene.
Sin embargo, según el padre Sayés, resulta que curioso que
precisamente hoy el mundo moderno esté más inclinado a hablar del demonio que
nunca: «Y eso es porque ya ha tocado fondo y empieza a tener miedo. Cuando el
hombre se aleja de Dios, le entra miedo. Ve que no se puede dominar el mal y
empieza realmente a interesarse sobre este tema.
Hay numerosas sectas satánicas en Italia, por ejemplo, en
Turín, donde el arzobispo ha tenido que nombrar a cuatro nuevos exorcistas porque
hay unas 40.000 personas involucradas en sectas satánicas», explica.
Insiste en que al demonio, si se vive en paz, no hay que
tenerle miedo: «Una persona que sea cristiana, que reza diariamente, que acude
a los sacramentos, a la eucaristía y la penitencia, no tiene nada que temer.
Creyendo en Cristo no es posible el miedo. Él vino a destruir las obras del
diablo y tiene conciencia de que con su muerte, con la obediencia al Padre, que
le ha llevado hasta la Cruz, vence al “Príncipe de este mundo”. Contamos con la
gracia de Cristo que nace de su misterio pascual para vencer el pecado, para
vencer al demonio, para vencer la muerte», explica.
«Al demonio se le puede vencer, pero hay que tener los ojos
abiertos», continúa. «Decía Baudelaire, que la mayor astucia del demonio es
hacernos creer que no existe porque así trabaja mejor. No hace muchas
posesiones diabólicas, porque en un mundo descreído como el nuestro, eso
llevaría a la gente a creer en él.
»Si hay una posesión diabólica, por ejemplo, de un joven en
la universidad y lo ve todo el mundo, nace un interrogante para todos los
estudiantes. El demonio es más astuto: prefiere convencer a los sacerdotes de
la que la oración no es tan importante, provocar la división dentro de la fe. Y
lo está haciendo bastante bien», concluye.
Pero no todo está perdido. Como dice el profesor Cantelmi,
de las sectas satánicas se puede salir: «Todo el que quiera liberarse de esta
trampa, debe saber que, además de recibir un apoyo espiritual, debe confiarse a
un apoyo psicológico, social y legal, a toda una red de protección. Y no está
solo. Siempre habrá gente que le va a ayudar».
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