La oración profunda acrecienta nuestra
confianza en Dios de modo que podemos reconocer todo y nos dejamos
llevar por ella. Sin esa confianza mantenemos nuestros mecanismos de
defensa. Tratamos de ocultarnos de la luz plena que supone caer en la
cuenta de ello. Como Adán y Eva, nos escondemos en el bosque. Por otra
parte, a medida que hacemos frente a nuestra cara oscura, ésta va
desapareciendo. Al reconocerla, Dios se la lleva. El proceso de la
oración contemplativa es un camino de liberación de lo que hay en el
inconsciente. La psique tiene necesidad de evacuar lo mismo que el
cuerpo, y lo hace como resultado del descanso profundo de la oración
contemplativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario