Mucha gente se pregunta sobre el sentido que tiene la existencia del
Purgatorio, dentro del Plan de Dios. En realidad, la existencia del
Purgatorio es la consecuencia natural de varios factores que Dios
introdujo cuando, haciendo uso de Su Omnipotencia Creadora, dio forma
final al hombre como punto máximo de Su Obra.
En primer lugar, Dios hizo al hombre a Su imagen y semejanza en
muchos aspectos, uno de los cuales y quizás el central, es haberle dado
una voluntad propia. La Voluntad de Dios, Su Fiat Creador, hizo al
mundo, y así Dios quiso que también el hombre tuviera su propia
voluntad, como El la tiene. Naturalmente que esto da origen al libre
albedrío que todos tenemos, puerta abierta a nuestra libertad de optar
entre el bien y el mal.
Como
consecuencia de esta libertad que Dios nos da, surgen la Misericordia y
la Justicia Divinas, las cuales no pueden ser vistas separadamente,
nunca, ya que se complementan y unen. Dios es infinitamente
Misericordioso, pero también es infinitamente Justo. La Misericordia de
Dios se refleja, de este modo, en Su infinita capacidad de perdonarnos,
si nos arrepentimos, y también en el Amor que El vuelca sobre el mundo
todo el tiempo, tratando de salvarnos. La Cruz es el punto máximo de la
Misericordia de Dios Padre hacia Nosotros, a través de la cual entregó
la Vida de Su Hijo Amado, por nuestra salvación. Y también es un acto de
infinita Misericordia el Pentecostés, a través del cual Dios nos envió
Su Santo Espíritu para que nos guíe e inspire, como miembros de Su Santa
Iglesia.
Pero, sin